Basado en el cuento del popular escritor danés Hans Christian Andersen e ilustrado por Elena Odriozola, os traigo La Princesa y el guisante , también conocido como Una verdadera Princesa.

Príncipe.

Tenemos un príncipe que busca esposa. Pero no una esposa cualquiera, tiene que ser una verdadera princesa.



Princesas NO verdaderas.

Viaja por todo el mundo, pero no encuentra ninguna. Princesas hay muchas, pero siermpre falla algo.



Escalera por la que se baja para abrir la puerta.

No tiene suerte y regresa a su casa sin princesa y algo preocupado. Pero, de repente, una noche de fuerte tormenta, llaman a la puerta del Palacio.

Princesa de verdad...pero empapada.  

Lo que  aparece al otro lado de la puerta es una princesa...pero...¡Cualquiera lo diría! El agua le escurría por el pelo y la ropa, le caía desde la nariz a las punteras de los zapatos y le salía por los talones.

La reina.

La reina no se fiaba mucho de que fuera una verdadera princesa y por eso decidió comprobarlo. Sin decir nada a nadie, quitó toda la ropa de la cama donde dormiría la princesa, puso un guisante sobre el somier de madera y después colocó encima veinte colchones y veinte edredones de plumas. Allí dormiría aquella noche la princesa.

El guisante sobre el somier. Veinte colchones y veinte edredones.

Princesa recién levantada.

A la mañana siguiente , cuando preguntan a la princesa qué tal a dormido,contesta que muy mal. Ya que algo muy duro le ha molestado y no ha podido pegar ojo.



La Princesa intentando dormir.

¿Imagináis qué le estuvo molestando durante toda la noche?Pués sí: el guisante.

 Una Princesa auténtica.

Y así es cómo pudieron comprobar que se trataba de una princesa de verdad, alguién que no lo fuera no sería tan sensible como para notar el guisante.

Boda entre el Príncipe y la Princesa.

 Así que nuestro principe se casó con ella, con una Princesa de verdad.



Y ¿Sabéis qué pasó con el guisante?...pués yo no digo nada...¡a leer!.